Conocer el
perfil del cliente. Este es un punto
clave. Saber quién compra el producto, quién lo consume, qué otros productos le
gustan, qué nivel de formación tienen, qué nivel de ingresos etc…
Tener una buena
post-venta. Qué pasa si el
producto después de la venta tiene alguna reclamación o el cliente
sencillamente no sabe cómo funciona. La post-venta va a ser fundamental para
mantener las ventas a largo plazo.
Tener un CRM que
le ayude a gestionar cualquier reclamación del cliente. Un
software que permita incluir toda la información relevante del cliente, perfil,
pedidos, reclamaciones, sugerencias,….
Tener
similitudes con el tipo de cliente: a nivel
cultural, estético, en modales.
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